Estoy sentada en una sala de espera, un lugar lleno de espejos donde simplemente espero. No había hecho caso a mi al rededor, ¿para qué si estoy tan cansada y dormida?

Me harto un poco de la compu y alzo la vista... tengo frente de mí un amanecer naranja. Un hermoso y bello cuelo que cada vez va tomando más vida y a mis lados sigue la oscura noche. Aún no llena la luz el horizonte. Se ve como un cuadro que pusieron para los que como yo en algún momento no tienen más que hacr.

Me impresiona como está tan enmarcado. Sin más ni menos, de hecho no veo que se extienda, no... está en la ventana pareciendo un cuadro.

Pasa a mi lado una excompañera de la prepa, me hago tonta, no quiero saludarla y no porque no la quiera ver sino porque mi atención está en la intensidad del naranja. Cada vez más vivo, pweo aún sin salirse de ese marco.